Inyección para la reparación de fisuras en una estructura de hormigón

La reparación de hormigones fisurados a base de inyectar las fisuras en un método habitual. La inyección se realiza, en general, con resinas epoxi o con lechada. En condiciones normales, las resinas proporcionan mejores y más durables resultados. La inyección de lechada resulta especialmente indicada cuando se requiere resistencia al fuego, o el hormigón ha de soportar temperaturas extremas.

Antes de inyectar la resina o la lechada en la fisura, se recomienda agrandar el exterior de la fisura hasta 6 o 7 mm de modo que sea posible su adecuado tratamiento superficial. Una vez hecha esta operación, los principales pasos de la intervención son los siguientes:

• Efectuar taladros de 15 a 20 mm de diámetro a intervalos regulares entre 15 y 30 cm, colocando válvulas fijadas con resina en los mismos. Las separaciones menores se adaptarán para fisuras pequeñas.

• Obturar la fisura entre los orificios de inyección. A este fin pueden utilizarse materiales termoplásticos, resinas epoxi o, en caso de fisuras pequeñas, una cinta adhesiva puede ser suficiente.

• Inyectar agua o disolvente de modo que se verifique la estanqueidad y se elimine todo el resto de suciedad, grasa, etc.

• Dejar secar, utilizando un chorro de aire caliente si fuese necesario.

• Inyectar la resina por cada válvula, cerrando las restantes, y manteniendo la presión unos minutos, hasta que la resina rezume por puntos contiguos o la presión hinche los labios de la fisura. El orden de inyección debe ser estudiado en cada caso. En grietas sobre paramentos verticales es conveniente inyectar de abajo a arriba.

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